miércoles, 8 de enero de 2014

Fin, el perro que perseguía a la luna ( 1ª parte)



En una pequeña aldea, vivía un matrimonio con sus dos hijos y sus mascotas, una pareja de golden retriever, Duna y Rony.
 La casa estaba situada en medio de la granja, en lo alto de la colina y desde sus ventanales se divisaban todos los pastos.
Una noche de otoño y con luna llena, la perra empezó a moverse por toda la casa muy nerviosa, el macho Rony después de seguirla con la mirada durante un rato, se levanto y la empujo hacia su colchoneta para que se tumbase, había llegado el momento y toda la familia  se preparo para la llegada de los pequeños.
El padre ordeno a todo el mundo que dejasen a la perra tranquila y se fueron todos a la cocina, no os preocupéis ella sabe lo que tiene que hacer, dijo el padre.
En la cocina se pusieron a preparar la cena, pero se notaba en el silencio que todos estaban pendientes de lo que ocurría en el salón. Duna tumbada en su colchoneta cerquita de la chimenea se preparaba para la inminente llegada del primer cachorro.
El tiempo fue pasando y pronto se escucho un gemido muy bajito, Rony ladeo la cabeza y todos corrieron a asomarse  para ver al recién nacido, así fueron llegando todos, cinco preciosos y dorados cachorritos.
Cuando creían que todo había acabado y estaban todos alrededor de la orgullosa mamá, está se quejo y al poco apareció el sexto cachorrete, era mucho más pequeño que sus hermanos y no paraba de lloriquear.
Los días fueron pasando y los perrillos fueron creciendo y engordando, buenos todos menos el chiquitín,  Fin que no es que hayamos terminado es que así pusieron al pequeñín los dos hermanos, este siguió siendo el más pequeñajo y cuando llego la hora de que se fueran llevando los cachorros sus nuevos dueños, a Fin nadie le elegía .
Los hijos Carlos y Sergio estaban totalmente encaprichados del cachorrillo y para que engordara y creciera siempre guardaban algo de su propia comida para su perrito, al final el perro se fue quedando y no se volvió a hablar sobre la posibilidad de buscarle una nueva familia.
Con el tiempo Fin fue creciendo, aunque seguía siendo un perro desgarbado y delgado, con poco pelo para ser un golden y con la mirada triste, eso sí siempre pegado a los dos hermanos que le trataban como si fuera el mejor perro del mundo. Estos se habían pasado oyendo desde que nació el perro, que no iba durar mucho, que estaba enfermo y que más que un perro parecía  un espantapájaros con esas pintas. Los chicos nunca hicieron caso a esos comentarios y siguieron alimentando y queriendo a su perro como desde el principio.

Continuara...


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